viernes, 24 de noviembre de 2017

CULTURA COMO PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y PAZ SOCIAL

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 “CULTURA COMO PROMOCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS Y PAZ SOCIAL”

Romina Florencia Cabrera (Argentina)[1]

INTRODUCCIÓN:
La cultura se manifiesta como toda actividad realizada por el hombre. La expresión de su ser y la sublimación de sus deseos, llevaron a crear todo tipo de manifestaciones que repercutieron en la sociedad, creando tradición y evolución. La civilización avanzó, desde el origen de nuestra historia hasta la actualidad, desarrollando el intelecto y las habilidades, para lograr creaciones que perduren en el tiempo y se transmitan de generación en generación.  Un mundo que se preocupa por mejorar la realidad y avanzar, respetando los Derechos Humanos Fundamentales, y sobre todo los valores, puede lograr la paz social, uniendo a sus miembros; logrando verdadera convicción en convivir en armonía con los semejantes y el ambiente.
PALABRAS CLAVE: Paz, sociedad, cultura, educación, ciencia, tecnología, derechos humanos, Naciones Unidas, Unesco, Patrimonio.
SUMARIO: I. NACIONES UNIDAS (ONU), VALORES CULTURALES. UNESCO. II. ÓRGANOS RECTORES DE LA UNESCO. III. EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI. IV. FAVORECER A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN. V. PROTEGER EL PATROMONIO Y FOMENTAR LA CREATIVIDAD. VI. APRENDER A CONVIVIR. VII. CONSTRUIR SOCIEDADES DEL CONOCIMIENTO. VIII. UN PLANETA, UN OCEANO. IX. LA CIENCIA AL SERVICIO DE UN FUTURO SOSTENIBLE. X. PREVENCIÓN DEL EXTREMISMO. XI. CONTENIDOS DE AMBAS DECLARACIONES.  XII. CONCLUSIONES.

NACIONES UNIDAS (ONU), VALORES CULTURALES. UNESCO.
La UNESCO fue creada en 1945 para responder a la firme idea de las naciones, forjada por dos guerras mundiales en menos de una generación, de que los acuerdos políticos y económicos no son suficientes para construir una paz duradera. La paz debe cimentarse en base a la solidaridad moral e intelectual de la humanidad.
La UNESCO refuerza los vínculos entre naciones y sociedades para:
Que toda niña y niño tenga acceso a una educación de calidad en tanto que un derecho humano fundamental y prerrequisito para el desarrollo humano
Que haya un entendimiento intercultural mediante la protección del patrimonio y el apoyo a la diversidad cultural. La UNESCO creó el concepto de ‘Patrimonio Mundial’ para proteger lugares de un valor universal excepcional.
Que continúe el progreso y la cooperación científica  y se refuercen los vínculos entre países con iniciativas como el sistema de alerta temprana para tsunamis, los acuerdos transfronterizos de gestión de recursos hídricos refuerzo
Que la libertad de expresión sea protegida ya que es una condición esencial para la democracia, el desarrollo y la dignidad humana. 
El mensaje de la UNESCO nunca ha sido tan importante como hoy en día. Hay que desarrollar políticas integrales que sean capaces de responder a la dimensión social, medioambiental y económica del desarrollo sostenible. Esta nueva forma de pensar el desarrollo sostenible fortifica los principios fundacionales de la Organización. En un mundo globalizado, los intercambios y el mestizaje deben de ser oportunidades para construir la paz en la mente de las mujeres y los hombres[2]

ÓRGANOS RECTORES DE LA UNESCO.
La Conferencia General se compone de los representantes de todos los Estados Miembros de la Organización. Se reúne cada dos años, con la participación de los Estados Miembros y de los Miembros Asociados. Igualmente se invita a participar, en calidad de observadores, a Estados no miembros, organizaciones intergubernamentales, organizaciones no gubernamentales y fundaciones. Cada Estado Miembro tiene un voto, independientemente de cuál sea la envergadura o la importancia de su aporte al presupuesto.
La Conferencia General determina la orientación y la línea de conducción general de la UNESCO. Ella adopta un Programa y un presupuesto para la UNESCO para los dos años siguientes. Elige a los miembros del Consejo Ejecutivo y designa, cada cuatro años, al Director General. Los idiomas de trabajo de la Conferencia General son inglés, árabe, chino, español, francés y ruso.
El Consejo Ejecutivo, es, en cierto modo, el consejo de administración de la UNESCO. Prepara el trabajo de la Conferencia General y vela por que las decisiones se ejecuten adecuadamente. Las funciones y responsabilidades del Consejo Ejecutivo emanan esencialmente de la Constitución y de los reglamentos o directivas establecidos por la Conferencia General. Este reglamento se complementa con las resoluciones de la Conferencia General. Cada dos años, la Conferencia General encarga tareas específicas al Consejo. Otras atribuciones emanan de acuerdos concluidos entre la UNESCO y la Organización de las Naciones Unidas, las instituciones especializadas y otras organizaciones intergubernamentales.
Sus 58 miembros son elegidos por la Conferencia General. La selección respeta la diversidad de culturas y el origen geográfico que representa cada país; se trata de arbitrajes complejos para lograr que haya equilibrio entre las diversas regiones del mundo, lo cual refleja la universalidad de la Organización. El Consejo Ejecutivo se reúne dos veces al año.[3]

EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI.
La educación transforma vidas y ocupa el centro mismo de la misión de la UNESCO, consistente en consolidar la paz, erradicar la pobreza e impulsar el desarrollo sostenible.
La UNESCO considera que la educación es un derecho humano para todos, a lo largo de toda la vida, y que el acceso a la instrucción debe ir acompañado de la calidad. La UNESCO es la única organización de las Naciones Unidas que dispone de un mandato para abarcar todos los aspectos de la educación. De hecho, se le confió la coordinación de la Agenda de Educación Mundial 2030 en el marco del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4. La hoja de ruta para la consecución de este objetivo es el Marco de Acción de Educación 2030 (FFA, por sus siglas en inglés).
La UNESCO ejerce el liderazgo mundial y regional en materia de educación, refuerza los sistemas educativos en el mundo entero y responde a los desafíos mundiales mediante la enseñanza, con la igualdad de género como principio subyacente.
Su labor abarca el desarrollo educativo, del prescolar a la educación superior e incluso más allá. Entre los temas figuran la ciudadanía mundial y el desarrollo sostenible; los derechos humanos y la igualdad de género; la salud, el VIH y el SIDA, y el fomento de la enseñanza técnica y la formación profesional.[4]

FAVORECER A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
La UNESCO es el organismo de las Naciones Unidas que tiene el mandato de promover “la libre circulación de ideas por medio de la palabra y de la imagen”, por lo que fomenta la creación de medios de comunicación libres, independientes y pluralistas difundidos a través de cualquier plataforma o formato. El desarrollo de los medios favorece la libertad de expresión y contribuye al fortalecimiento de la paz, el desarrollo sostenible, los derechos humanos y la lucha contra la pobreza.
Por estos motivos, la Organización milita a favor de la libertad de prensa y de la seguridad de los periodistas, y apoya el periodismo independiente basado en la ética profesional y los principios de autorregulación.
Para la UNESCO, unos medios de comunicación pluralistas y diversificados permiten al público tomar decisiones basadas en información y datos fidedignos. Es por ello que hoy en día contribuimos a la puesta en marcha de medios de comunicación comunitarios y promovemos la igualdad de género en los medios. La UNESCO ha desarrollado iniciativas en el campo de la alfabetización mediática y de la información, así como en la formación de periodistas, para dotar a los individuos de autonomía en su papel tanto de productores informados como de consumidores de información.
Los proyectos de creación de medios de comunicación que se ajustan a nuestros principios pueden obtener el apoyo de nuestro Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación (PIDC), que también trata de fomentar el desarrollo de medios basado en el conocimiento.
La labor de la Organización en este campo es parte de su misión en defensa de la libertad de expresión como derecho humano inalienable establecido en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

PROTEGER EL PATROMONIO Y FOMENTAR LA CREATIVIDAD
En el mundo interconectado en el que vivimos, es fácil constatar que la cultura tiene el poder de transformar las sociedades. Sus diversas manifestaciones, que abarcan desde los más preciados monumentos históricos y museos hasta los ritos tradicionales y el arte contemporáneo, enriquecen nuestro día a día de múltiples maneras. El patrimonio constituye una seña de identidad y favorece la cohesión de las comunidades que no asimilan bien los cambios rápidos o que sufren el impacto de la crisis económica. La creatividad contribuye a la edificación de sociedades abiertas, inclusivas y pluralistas. El patrimonio y la creatividad contribuyen a la construcción de sociedades del conocimiento dinámicas, innovadoras y prósperas.
La UNESCO está convencida de que ningún progreso puede ser duradero si no tiene una componente cultural fuerte. De hecho, únicamente se conseguirán resultados sostenibles, inclusivos y equitativos si se aborda la cuestión del desarrollo dándole prioridad al ser humano y basándose en el respeto mutuo y el diálogo entre las diferentes comunidades. No obstante, la cultura ha sido excluida de los debates sobre el desarrollo hasta hace poco tiempo.
Para asegurarse de que los planes y estrategias de desarrollo tienen en cuenta la cultura, la UNESCO ha adoptado una táctica basada en tres ejes: Además de encabezar la defensa de la cultura y el desarrollo a nivel mundial, también colabora con la comunidad internacional para establecer acuerdos y marcos reglamentarios y lleva a cabo actividades en el terreno para ayudar a los gobiernos y a los actores locales en la conservación del patrimonio, el fortalecimiento de las industrias creativas y el fomento del pluralismo cultural.
Los reputados convenios culturales de la UNESCO constituyen una plataforma mundial única para la cooperación internacional y establecen un órgano de gobierno cultural completo basado en los derechos humanos y los valores comunes. Estos tratados internacionales tratan de proteger y conservar el patrimonio cultural y natural de nuestro planeta como los yacimientos arqueológicos, el patrimonio subacuático, los fondos de los museos, el patrimonio inmaterial –las tradiciones orales, por ejemplo– y otras formas de patrimonio. También fomentan la creatividad, la innovación y el afloramiento de sectores culturales dinámicos.
APRENDER A CONVIVIR.
En nuestras sociedades cada vez más diversas, la UNESCO lleva a cabo a diario su misión humanista, que consiste en fomentar el entendimiento mutuo para construir una paz duradera.
La paz duradera es el fruto de una combinación compleja de prácticas cotidianas locales y de ciertos vínculos que los individuos y las comunidades mantienen y que representan para ellos las condiciones sostenibles para vivir juntos con dignidad y prosperidad.
Una paz duradera, no obstante, se basa en una compleja red de prácticas cotidianas integradas en contextos locales y de encuentros más efímeros que mantienen los individuos y comunidades con la convicción de que la urdimbre de ambas cosas es la base para vivir juntos con dignidad y prosperidad.
En momentos en que desafíos y amenazas tales como la desigualdad, la exclusión, la violencia o sectarismo se ven agravados por tensiones y conflictos locales y ponen en peligro la cohesión de la humanidad, aprender a vivir con los demás toma una importancia vital.
Las competencias interculturales no son innatas, sino que se adquieren por medio de la educación y la experiencia. Por eso es importante tener acceso a recursos educativos de calidad, formales o no, que permitan conseguir las aptitudes interculturales necesarias para tener éxito en el mundo complejo y heterogéneo en el que vivimos.
La UNESCO trabaja a diario, desde la Sede y en el terreno, para ayudar a los Estados Miembros y al conjunto de sus colaboradores a comprender y afrontar mejor los desafíos cada vez más complejos de nuestras sociedades. En particular a través del Programa “Gestión de las Transformaciones Sociales” y del Programa para una Cultura de Paz y no Violencia (página web en inglés), que incluyen, entre otras cosas, iniciativas a favor de la democracia y la ciudadanía mundial, el diálogo intercultural, la educación para la paz y los derechos humanos, y la construcción de la paz.
Además, como el deporte no entiende de fronteras geográficas ni de barreras sociales, la UNESCO impulsa el desarrollo y la práctica de actividades deportivas, así como la lucha contra el dopaje, con el objetivo de favorecer la integración social en contextos políticos y culturales diferentes. Asimismo, la Organización actúa para que la educación y la sanidad no sean el privilegio de una minoría.
“No es suficiente estar conectados con los demás. También debemos compartir nuestras soluciones, experiencias y sueños en una gran comunidad cimentada con los derechos humanos y las libertades fundamentales”.
Irina Bokova, Directora General de la UNESCO
Conferencia Internacional de las Comisiones Nacionales para la UNESCO, Viena (Austria), 31 de mayo de 2012[6]

CONSTRUIR SOCIEDADES DEL CONOCIMIENTO
El conocimiento y la información tienen un impacto significativo en las vidas de las personas. El intercambio de conocimiento e información, en particular a través de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), tiene el poder de transformar las economías y las sociedades. La UNESCO trabaja para crear sociedades del conocimiento integradoras y para mejorar las competencias de las comunidades locales aumentando el acceso, la preservación y el intercambio de información y conocimiento en todos sus ámbitos de competencia. Las sociedades del conocimiento deben apoyarse en cuatro pilares: la libertad de expresión, el acceso universal a la información y al conocimiento, el respeto a la diversidad cultural y lingüística, y una educación de calidad para todos.
El impulso de la Organización a la creación de estas sociedades se basa en la convicción de que el acceso universal a la información es clave para la consolidación de la paz, el desarrollo económico sostenible y el diálogo intercultural. La UNESCO promueve la "apertura" del contenido, la tecnología y los procesos a través de la sensibilización, la formulación de políticas y el refuerzo de las capacidades. Estas soluciones incluyen el acceso abierto a la información científica, los recursos educativos abiertos, el Software Libre y de Código Abierto, la Plataforma de capacitación Abierta, la educación a distancia y el autoaprendizaje. Estos recursos permiten a investigadores e innovadores compartir y utilizar datos más fácilmente. Asimismo, proporcionan a estudiantes y docentes de todo el mundo un acceso sin precedentes al conocimiento y la información.
Con el fin de cumplir su objetivo de promover la paz y el diálogo intercultural, la UNESCO apoya la preservación del patrimonio documental mediante el fortalecimiento de los marcos existentes de conservación, y hace hincapié en la conservación a largo plazo de la información digital y digitalizada. La UNESCO alienta igualmente el multilingüismo y el respeto por la diversidad cultural en el ciberespacio. Promueve la producción de contenido local en idiomas diferentes y contribuye a los debates internacionales sobre la gobernanza de Internet a través de su participación en el Foro para la Gobernanza de Internet (FGI) y la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI).
Para progresar con éxito en un mundo que evoluciona constantemente y resolver los problemas cotidianos de manera eficaz, los individuos, las comunidades y los países deben dotarse de ciertas competencias que les permitan buscar información, evaluarla de manera crítica y transformarla en conocimientos nuevos. Cuando se dominan las competencias básicas en materia de información, se tiene acceso a nuevas oportunidades que aumentan nuestra calidad de vida. La alfabetización informacional está estrechamente ligada a otras competencias como son los conocimientos básicos en Tecnología de la Información y de la Comunicación, y la alfabetización digital y mediática.[7]

UN PLANETA, UN OCEANO.
Preservar la biodiversidad terrestre y marina de nuestro planeta es esencial para nuestro bienestar. Sin embargo, las técnicas de explotación insostenibles son una amenaza para las especies animales y vegetales. Los avances tecnológicos, las políticas y los recursos financieros no son suficientes, por sí solos, para alcanzar el objetivo del desarrollo sostenible. Debemos cambiar nuestra forma de pensar y actuar.
La UNESCO es la impulsora del Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (DEDD, 2005-2014), que pretende movilizar recursos educativos de todo el mundo que contribuyan a diseñar un porvenir más sostenible. La Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) debe permitirnos afrontar los desafíos mundiales presentes y futuros de manera constructiva y creativa. De esta forma conseguiremos unas sociedades más sostenibles y mejor adaptadas a su entorno.
El cambio climático tiene consecuencias humanas y sociales importantes. Más de 30 programas de la UNESCO en los ámbitos de la ciencia, la educación, la cultura y la comunicación contribuyen a la investigación, la educación y la transmisión de información sobre el cambio climático. Además, se intentan comprender las implicaciones éticas que tiene este fenómeno para las generaciones presentes y futuras.
La Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO (COI-UNESCO) trabaja para mejorar nuestra relación con el océano mediante el fomento de la investigación y la difusión del conocimiento científico, y a través de la educación pública para entender estos cambios medioambientales sin precedentes. La Comisión se esfuerza en promover la cooperación internacional con el objetivo de aumentar nuestro conocimiento de la naturaleza, el océano y las zonas costeras, y aplicarlo a a gestión, el desarrollo sostenible, la protección del ecosistema marino y la toma de decisiones.
Gracias al apoyo de la Convención del Patrimonio Mundial, los espacios naturales más impresionantes obtienen reconocimiento internacional, además de asistencia técnica y financiera para hacer frente a amenazas como la tala indiscriminada para hacer cultivos, la introducción de especies exóticas o la caza furtiva.
En el marco de los esfuerzos realizados a escala global para proteger las diferentes formas del patrimonio cultural, la UNESCO adoptó en 2001 la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático. Este tratado internacional expone los principios éticos para la protección del patrimonio cultural sumergido, establece un marco de colaboración entre Estados y plantea una serie de reglas científicas prácticas para la conservación y la investigación de este tipo de patrimonio.[8]

LA CIENCIA AL SERVICIO DE UN FUTURO SOSTENIBLE.

Los avances en las diferentes esferas de la ciencia nos permiten encontrar soluciones para los nuevos desafíos económicos, sociales y medioambientales, y favorecen el desarrollo sostenible y las sociedades más verdes. Como ningún país es capaz de alcanzar el desarrollo sostenible por sí solo, la cooperación científica internacional contribuye no sólo al progreso del conocimiento, sino también a la construcción de la paz.
La UNESCO asesora a los países en sus inversiones en ciencia, tecnología e innovación (CTI), en la elaboración de políticas científicas a nivel nacional, en la reforma de sus sistemas científicos y en el refuerzo de sus sistemas de supervisión y evaluación de resultados a través de indicadores de CTI y de estadísticas que tienen en cuenta las especificidades nacionales.
Pero las políticas científicas no bastan. Se deben consolidar los sistemas de enseñanza en ciencia e ingeniería y la capacidad investigadora para que los países puedan encontrar soluciones adaptadas a sus propios problemas y fortalecer su presencia internacional en los diferentes campos de la ciencia y la tecnología.
Acercar la ciencia a la sociedad y ayudar a los ciudadanos a comprender mejor la ciencia para que contribuyan en su desarrollo es fundamental para construir sociedades en las que los individuos tengan los conocimientos necesarios para elegir de manera pertinente sus opciones profesionales, personales y políticas, y para que puedan participar en el apasionante mundo de la investigación. Además, la sabiduría indígena conseguida tras una larga y estrecha interacción con la naturaleza sirve para complementar los sistemas de conocimiento basados en la ciencia moderna.
La ciencia y la tecnología dotan de capacidades a las sociedades y los ciudadanos, pero también tienen implicaciones éticas. La UNESCO trabaja con sus Estados Miembros para favorecer la toma de decisiones razonadas en la utilización de la ciencia y la tecnología, especialmente en el ámbito de la bioética.
El agua es necesaria para la vida. Por eso, debe garantizarse su suministro en todas las comunidades del mundo para asegurar la paz y el desarrollo sostenible. Comprender científicamente el ciclo del agua, su distribución y las características de los acuíferos en superficie y subterráneos, incluso a nivel urbano, contribuirá a una gestión racional del agua dulce que permitirá responder convenientemente a las necesidades humanas sin perjudicar el medioambiente.
El estudio científico de la historia de la Tierra y de sus recursos minerales, de los ecosistemas y de la biodiversidad, y la interacción del ser humano con los ecosistemas son imprescindibles para ayudarnos a comprender cómo gestionar nuestro planeta para asegurarnos un futuro pacífico y sostenible.[9]

PREVENCIÓN DEL EXTREMISMO
No basta con combatir el extremismo violento: debemos prevenirlo, y para ello se necesita lo que se conoce como “poder de persuasión”, en sus diversas formas, a fin de prevenir una amenaza que se alimenta de interpretaciones distorsionadas de la cultura, de odio y de ignorancia. Nadie nace siendo un extremista violento: los extremistas violentos se hacen y se fomentan. Para atajar el proceso de radicalización hay que partir de los derechos humanos y el Estado de derecho, el diálogo más allá de todas las diferencias, el empoderamiento de todas las jóvenes y todos los jóvenes, y empezando lo antes posible, en las aulas escolares.
Los Estados Miembros de la UNESCO aprobaron una decisión histórica (decisión 197 EX/46) con el fin de aumentar la capacidad de la UNESCO para brindar apoyo a los Estados en la elaboración de estrategias para prevenir el extremismo violento. Asimismo, la UNESCO se ha comprometido a aplicar el Plan de Acción del Secretario General de las Naciones Unidas para Prevenir el Extremismo Violento, prestando especial atención a varias prioridades directamente relacionadas con la labor de la UNESCO: i) la educación, el desarrollo de competencias y la facilitación del empleo; ii) el empoderamiento de los jóvenes; iii) la comunicación estratégica, Internet y los medios sociales; y iv) la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
La UNESCO empodera a los jóvenes de ambos sexos para que desarrollen su potencial como agentes de un cambio positivo, mediante una singular labor intersectorial en torno a los ejes siguientes:
La UNESCO procura brindar apoyo a los países para la puesta en práctica de programas de educación que contribuyan a aumentar la resiliencia de los jóvenes ante los mensajes de extremismo violento y a promover un sentido positivo de identidad y pertenencia. Esta labor se lleva a cabo en el marco de la iniciativa sobre la educación para la ciudadanía mundial.[10]
El equipo de la UNESCO encargado de los jóvenes se centra en crear un entorno propicio para el empoderamiento y la participación democrática de la juventud, a fin de contribuir a que los jóvenes de ambos sexos tengan la oportunidad de convertirse en ciudadanos mundiales activos.
La UNESCO está movilizando a diversos interesados —especialmente jóvenes, encargados de la formulación de políticas, investigadores y representantes de los medios de comunicación— con objeto de adoptar medidas eficaces, tanto en Internet como fuera de ella, para prevenir y combatir el extremismo violento y la radicalización en Internet.
La UNESCO trabaja para implicar a los jóvenes en la protección del patrimonio en todas sus formas y la promoción de la diversidad cultural a fin de fomentar unas sociedades más justas, inclusivas y pacíficas, por medio de la campaña “Unidos para el patrimonio” (#Unite4Heritage) y los programas educativos sobre patrimonio y creatividad.
El Derecho Internacional Público Contemporáneo, impone a los Estados obligaciones en materia de derechos humanos, las cuáles van más allá de los vínculos convencionales que aquellos hayan adquirido en virtud de su voluntad soberana de ratificar o adherir a tratados internacionales. Los más importantes principios y reglas relativas a la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales forman parte, para el actual derecho internacional, de obligaciones “erga omnes” que todos los Estados deben respetar.[11]
El Consejo Económico y Social, uno de los órganos principales de las Naciones Unidas, posee entre sus funciones la tarea inicial de realizar recomendaciones con el objeto de promover el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, y la efectividad de tales derechos y libertades. El artículo 68 de la Carta de las Naciones Unidas ha configurado la llave maestra por medio de la cual el Consejo Económico y Social ha abierto la puerta hacia la protección de los derechos humanos: la citada disposición da posibilidad al ECOSOC de crear comisiones para el desempeño de sus funciones. Así, al poco tiempo de sus actividades, el Consejo Económico y Social creó en 1946 la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. La función inicial de la Comisión de Derechos Humanos (cuyo primer presidente fue el francés René Cassin) consistió en la confección de un proyecto de Declaración Universal de Derechos Humanos. El trabajo de los miembros de la Comisión tropezó con la dificultad inicial de las diferentes posturas ideológicas en su seno. El proceso formativo llevado adelante por la Comisión de Derechos Humanos, concluyó en una propuesta a la Asamblea General, la cual aprobó el 10 de diciembre de 1948, la Declaración Universal de Derechos Humanos, por 48 votos a favor, 8 abstenciones, 2 ausentes y ningún voto en contra. Por su parte, en el ámbito regional, la Organización de los Estados Americanos nace de la IX Conferencia Interamericana, llevada a cabo en la ciudad de Bogotá, Colombia. La Carta original de la OEA no abundaba en normas sobre protección de las personas, “… poseía muy pocas disposiciones relativas a los derechos humanos, y todas estaban redactadas en términos muy generales…” . En la misma IX Conferencia Interamericana, los Estados participantes adoptaron la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre. Si bien, se pretendía ya en 1948 aprobar un tratado, las diferencias de opinión entre los Estados, sólo pudieron aceptar una Declaración.[12]
La comunidad internacional, representada en la Organización de Naciones Unidas y en la Organización de los Estados Americanos, comenzaba a dar los primeros pasos de un proceso progresivo  e irreversible, en dirección hacia la adopción de standadrs de protección internacional de los derechos humanos, la creación de obligaciones jurídicas, la consagración de normas internacionales, y el establecimiento de órganos para la substanciación de trámites o casos, cuando aquellos derechos y libertades fundamentales son violados, intentando la búsqueda de la reparación del daño causado.[13]
CONTENIDOS DE AMBAS DECLARACIONES
Existen grandes similitudes entre el contenido de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, y de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Estas congruencias pueden basarse en dos hechos: en primer lugar, son contemporáneas y han sido adoptadas con pocos meses de diferencia; y en segundo término, el derecho internacional se hallaba todavía impregnado de un alto contenido eurocentrista y occidental. Por ello, no es extraño que varios de los debates que se llevaron a cabo en ocasión de la adopción de una de ellas, se hayan repetido en el momento de la aprobación de la otra. Aun así, hay algunas diferencias que señalaremos a lo largo del presente acápite. La Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y su contemporánea de las Naciones Unidas, se limitan a enunciar una serie de derechos y garantías de los individuos que los Estados están obligados a respetar y proteger. Ninguna define qué son los derechos humanos, ni tampoco proceden a la creación de órganos de tutela, ni de mecanismos para la defensa de los derechos contenidos en ellas. Las dos declaraciones, consagran los derechos a la vida, la libertad y la seguridad de las personas; al reconocimiento de la personalidad jurídica; el derecho de igualdad ante la ley y a no ser discriminados en el goce de los derechos humanos consagrados; el derecho de libertad religiosa y de culto; el derecho a la nacionalidad; el derecho a la libertad de investigación, de opinión y expresión; el derecho a la protección de la honra, la reputación personal, la vida privada, y a la inviolabilidad del domicilio y la correspondencia; a constituir y a recibir protección para la familia18 ; el derecho a la propiedad ; derecho a la protección de la maternidad y la infancia; el derecho de residencia y tránsito; y el derecho de asilo .[14]
Los derechos que tienen que ver con la administración de justicia y las garantías en los procesos, tienen consagración expresa de ambas declaraciones, las cuales contemplan el derecho a la justicia o a la igualdad ante la ley; la protección contra la detención arbitraria y a la presunción de inocencia. Los derechos políticos, también se encuentran desarrollados; así, encontramos el derecho al sufragio y a la participación en el gobierno; y los derechos de reunión y de asociación pacíficas. Los derechos humanos derivados de la relación laboral y previsional también están contemplados: el derecho al trabajo, a una justa retribución, al descanso y al aprovechamiento del tiempo libre; y a gozar los beneficios de la seguridad social que les proteja por causa de desocupación, vejez o incapacidad. Asimismo, las dos declaraciones consagran el derecho a la preservación de la salud y el bienestar social; el derecho a la educación; y a gozar de los beneficios de la cultura. Veremos ahora, algunas diferencias o características propias de cada una de las dos declaraciones: La resolución que da nacimiento a la Declaración Americana, señala que "... en repetidas ocasiones, los Estados Americanos han reconocido que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de ser nacionales de determinado Estado sino que tienen como fundamento los atributos de la persona humana. Esta afirmación, es significativa, toda vez que, al considerar a los derechos humanos como atributos inherentes a la persona, marcan una barrera que ningún Estado puede atravesar, bajo ningún pretexto o circunstancia excepcional. La Declaración Americana - como su nombre lo indica - posee todo un capítulo referido a los deberes; los cuales se dirigen a contemplar deberes respecto de la sociedad; para con los hijos y los padres; de instrucción; de sufragio; de obediencia a la ley; de servir a la comunidad y a la Nación; de asistencia y seguridad sociales; de pagar impuestos; de trabajar; y de abstenerse de actividades políticas en país extranjero. En este aspecto, la Declaración Universal sólo señala en el artículo 29 que toda persona tiene deberes respecto de la comunidad. Finalmente, la Declaración Americana contempla el derecho a peticionar a las autoridades, el cual no aparece mencionado en la Declaración Universal. En cuanto a la Declaración Universal de Derechos Humanos, ésta parte de la premisa que postula que todos los seres humanos nacen libres e iguales, en dignidad y derechos; y como consecuencia de ello, consagra el derecho a gozar de todos los derechos establecidos sin discriminación alguna por ningún motivo o condición. La Declaración Universal, asimismo, contiene expresamente el derecho a no ser sometido a esclavitud o servidumbre; y el derecho a no ser sometido a torturas o a penas crueles, inhumanas o degradantes; también, contempla el derecho para hombres y mujeres a casarse, a partir de la edad núbil. Visto entonces el contenido de las Declaraciones Universal y Americana, pasaremos a analizar su influencia en otros instrumentos internacionales, así como también los mecanismos de protección que surgen de aquellas.[15]
Es importante destacar que la Convención Americana sobre Derechos Humanos hace mención expresa a la Declaración Americana, en su preámbulo (tal como hemos mencionado anteriormente), pero además en las disposiciones relativas a las normas de interpretación del Pacto de San José de Costa Rica, que señala expresamente que ninguna disposición de la Convención Americana puede ser interpretada en el sentido de excluir o limitar el efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y “otros actos internacionales de la misma naturaleza” .[16]
CONCLUSIONES
Los Derechos Humanos, basados en la dignidad y el respeto a la persona humana, según la Convención de Viena, deben ser respetados en todo tiempo y lugar, según la regla del derecho internacional del ius cogenes.  Toda sociedad que quiera avanzar de manera seria y formal, debe adaptar su legislación y principalmente su modo de vida, a los estándares mínimos de Derechos Humanos. El respeto entre todos los semejantes, se logra mediante la adopción y aceptación natural de los derechos civiles, y sobre todo, de otro ser humano, a pesar de nuestras diferencias: de eso se trata la convivencia y la paz social, tolerar al semejante, y lograr proyectos individuales y colectivos, en un contexto social determinado.
El intercambio cultural y científico, permite la difusión de proyectos y manifestaciones tanto artísticas como tecnológicas, fomentando la innovación y la creatividad, y formando un patrimonio, del cual las generaciones presentes y futuras aprenderán y gozarán. 
Un país que no fortalece su Educación, no proyecta a largo plazo, no planifica estratégicamente sus recursos tanto naturales, culturales, técnicos y sobre todo humanos, porque de ese conocimiento nacerán los futuros líderes y miembros de la comunidad internacional, para guiar a este planeta conocido a su próximo destino.
La UNESCO está convencida de que ningún progreso puede ser duradero si no tiene una componente cultural fuerte. De hecho, únicamente se conseguirán resultados sostenibles, inclusivos y equitativos si se aborda la cuestión del desarrollo dándole prioridad al ser humano y basándose en el respeto mutuo y el diálogo entre las diferentes comunidades. No obstante, la cultura ha sido excluida de los debates sobre el desarrollo hasta hace poco tiempo.
Para asegurarse de que los planes y estrategias de desarrollo tienen en cuenta la cultura, la UNESCO ha adoptado una táctica basada en tres ejes: Además de encabezar la defensa de la cultura y el desarrollo a nivel mundial, también colabora con la comunidad internacional para establecer acuerdos y marcos reglamentarios y lleva a cabo actividades en el terreno para ayudar a los gobiernos y a los actores locales en la conservación del patrimonio, el fortalecimiento de las industrias creativas y el fomento del pluralismo cultural.
Los reputados convenios culturales de la UNESCO constituyen una plataforma mundial única para la cooperación internacional y establecen un órgano de gobierno cultural completo basado en los derechos humanos y los valores comunes. Estos tratados internacionales tratan de proteger y conservar el patrimonio cultural y natural de nuestro planeta como los yacimientos arqueológicos, el patrimonio subacuático, los fondos de los museos, el patrimonio inmaterial –las tradiciones orales, por ejemplo– y otras formas de patrimonio. También fomentan la creatividad, la innovación y el afloramiento de sectores culturales dinámicos.
Además, construir el concepto de paz social y tolerancia, conlleva a la cooperación internacional y al esfuerzo de todos los estados miembro, para alcanzar tales objetivos, y sobre todo recuperar los valores sociales, tan menoscabados últimamente.  La diversidad cultural, y el respeto a otras etnias y religiones, como opiniones políticas o costumbres diversas, nos eleva como seres humanos, capaces de aceptar al otro, creando nuevos lazos y compromisos sociales, emocionales y hasta espirituales; esa riqueza del aprender de otro ser o grupo, logra crecimiento personal y le otorga fortaleza no solo a los individuos, sino a las instituciones de un sistema democrático. El mismo debe respetar garantías constitucionales y Derechos Fundamentales, tan menoscabados en muchos sectores en la actualidad.
Se deben fomentar las capacidades y la transferencia de conocimiento y tecnología a través de Tratados y organismos especializados, como también ONGs y la sociedad civil, donde un modelo de múltiples partes interesadas (como propone la Gobernanza de Internet), promueva los valores democráticos y permita la participación de todos los sectores, fomentando la libertad de expresión, y logrando una igualdad real, estructural, para la sociedad integrada y diversa. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación contribuyen a lograr este propósito, en un gobierno abierto (transparente), electrónico, donde los ciudadanos se sientan protagonistas del cambio y la trasformación social, creando verdaderas comunidades de compromiso, conocimiento y aprendizaje. Aprovechar las Tics para el beneficio gubernamental y el bien común, es un gran avance que ningún gobierno debería descartar, más en este mundo interconectado y digital.
El impulso de la Organización a la creación de estas sociedades se basa en la convicción de que el acceso universal a la información es clave para la consolidación de la paz, el desarrollo económico sostenible y el diálogo intercultural. La UNESCO promueve la "apertura" del contenido, la tecnología y los procesos a través de la sensibilización, la formulación de políticas y el refuerzo de las capacidades. Estas soluciones incluyen el acceso abierto a la información científica, los recursos educativos abiertos, el Software Libre y de Código Abierto, la Plataforma de capacitación Abierta, la educación a distancia y el autoaprendizaje. Estos recursos permiten a investigadores e innovadores compartir y utilizar datos más fácilmente. Asimismo, proporcionan a estudiantes y docentes de todo el mundo un acceso sin precedentes al conocimiento y la información.
Con el fin de cumplir su objetivo de promover la paz y el diálogo intercultural, la UNESCO apoya la preservación del patrimonio documental mediante el fortalecimiento de los marcos existentes de conservación, y hace hincapié en la conservación a largo plazo de la información digital y digitalizada. La UNESCO alienta igualmente el multilingüismo y el respeto por la diversidad cultural en el ciberespacio. Promueve la producción de contenido local en idiomas diferentes y contribuye a los debates internacionales sobre la gobernanza de Internet a través de su participación en el Foro para la Gobernanza de Internet (FGI) y la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI).
Para progresar con éxito en un mundo que evoluciona constantemente y resolver los problemas cotidianos de manera eficaz, los individuos, las comunidades y los países deben dotarse de ciertas competencias que les permitan buscar información, evaluarla de manera crítica y transformarla en conocimientos nuevos. Cuando se dominan las competencias básicas en materia de información, se tiene acceso a nuevas oportunidades que aumentan nuestra calidad de vida. La alfabetización informacional está estrechamente ligada a otras competencias como son los conocimientos básicos en Tecnología de la Información y de la Comunicación, y la alfabetización digital y mediática.
Preservar la biodiversidad terrestre y marina de nuestro planeta  es esencial para nuestro bienestar. Sin embargo, las técnicas de explotación insostenibles son una amenaza para las especies animales y vegetales. Los avances tecnológicos, las políticas y los recursos financieros no son suficientes, por sí solos, para alcanzar el objetivo del desarrollo sostenible. Debemos cambiar nuestra forma de pensar y actuar.
La UNESCO es la impulsora del Decenio de las Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible (DEDD, 2005-2014), que pretende movilizar recursos educativos de todo el mundo que contribuyan a diseñar un porvenir más sostenible. La Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) debe permitirnos afrontar los desafíos mundiales presentes y futuros de manera constructiva y creativa. De esta forma conseguiremos unas sociedades más sostenibles y mejor adaptadas a su entorno.
Los conceptos de no discriminación y de prevención de las conductas extremas nos llevarán a una sociedad más avanzada en materia de Protección y Promoción de los DDHH, y sobre todo, a una manera más sensible y humana de vivir la vida: todos tenemos derecho a  las mismas oportunidades y a acarrear los deberes; nacemos y morimos libres (de hecho, nadie elige ninguna de las dos acciones).  
Mientras estemos conviviendo en este Mundo Conocido, tratemos de gozar de las maravillas que nos ofrece la Madre Tierra, respetando a los demás y al medio ambiente, tratando de recuperar los valores perdidos, y los sentimientos más profundos de nuestro ser, ya sea con nuestros semejantes o con nosotros mismos. Creo que un futuro mejor y más amable es posible, donde la paz social sea una realidad y no una utopía, donde el bien sea moneda corriente, y donde el Amor, la Esperanza, La Fe, La Solidaridad y la Justicia , sean nuestros mejores amigos.

BIBILIOGRAFÍA:
Fabián Salvioli: “El desarrollo de la protección internacional de los derechos humanos a partir de las declaraciones Universal y Americana”; en: “Relaciones Internacionales N 13”; ed. IRI, pp. 77 – 96; La Plata, Argentina, 1997.

Unesco, Oficina de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Sitio Web: http://es.unesco.org/about-us/introducing-unesco . Fecha de Consulta del Sitio: 24/1/2017.






[1] Abogada egresada de la UNLP (Argentina). Investigadora-Docente en la UBA (Invitada de la Especialización en Derecho Informático), y en la USAL (Maestría en Ciencia de la Legislación). Estudios de Posgrado sobre Recursos Humanos (UNLP), en Diplomacia Digital (DiploFoundation, Ginebra, Suiza), y sobre Seguridad (ASCASEPP). Miembro del Observatorio Iberoamericano de Protección de Datos; del Instituto de Derecho Constitucional y Político de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, y de otras instituciones Científico -Académicas. Reconocimiento Internacional de Dignísima Jurista por la Universidad de Trujillo, Perú. Directora Internacional de Seguridad Informática. Directora de la  Dirección Internacional de Seguridad Internacional de procedimientos policiales y ASCASEPP (Asociación de Capacitacion de Seguridad Pública y Privada, registrada en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior, Madrid, España, bajo el Número 591967). Autora de diferentes publicaciones, entre ellas “La ciencia jurídica y el cambio social: El rol de los Colegios de Abogados frente a los nuevos desafíos del ejercicio profesional”, “El dilema ético del ejercicio profesional. Dificultades y desafíos”, “Las redes sociales y el impacto en la vida cotidiana”, “La internet como Derecho Humano”, etc.  Miembro asociada de E-Justicia Latinoamérica a partir de junio de 2016. Miembro de E-Justicia Latinoamérica y Lac, ICANN.

[2] Unesco, Oficina de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. Sitio Web: http://es.unesco.org/about-us/introducing-unesco . Fecha de Consulta del Sitio: 24/1/2017.
[3] Óp. Cit. 1
[4] Óp. Cit. 1
[5] Óp. Cit. 1
[6] Óp. Cit. 1
[7] Óp. Cit. 1
[8] Óp. Cit. 1
[9] Óp. Cit. 1
[10] Óp. Cit. 1
[11] Fabián Salvioli: “El desarrollo de la protección internacional de los derechos humanos a partir de las declaraciones Universal y Americana”; en: “Relaciones Internacionales N 13”; ed. IRI, pp. 77 – 96; La Plata, Argentina, 1997.
[12] Óp. Cit.10
[13] Óp. Cit.10
[14] Óp. Cit.10
[15] Óp. Cit.10
[16] Óp. Cit.10

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